He combatido miles de veces contra ti y puedo decir alto y claro que has sido mi peor enemigo.
Me has retenido en un castillo; me secuestraste y me dejaste encerrada.
Como me acuerdo de aquellos eternos días resguardada en esa oscura habitación que flotaba en mitad de la nada. Como me acuerdo de todas las veces que aparecías de repente cuando intentaba escaparme. Cómo me mirabas. Cómo te miraba. Cómo hacías que parase de gritar, tragase saliva y me sentara resignada.
Recuerdo que hacías latir mi corazón a mil pulsaciones por segundo con tu sola presencia. Que me ponías histérica y sacabas lo peor de mí. Y lo que te odiaba por ello.
Sí, te odiaba. Hasta que, pasado el tiempo, te cogí cariño. No, no sufrí el síndrome de Estocolmo. Simplemente aprendí a tratarte. Aprendí que tú eras una bestia mansa que solo venía a protegerme. A hacerme fuerte. Tú nunca me tocaste, ni siquiera tuviste la intención; cuando me di cuenta de ello, fue cuando realmente escapé de aquella burbuja que yo misma fabriqué para huir de ti. Ahora me acuerdo.
Sí. Ahora me acuerdo. Llevo huyendo de ti desde el primer día que apareciste en mi vida; no soportaba la idea de que me persiguieras y mucho menos de que me atraparas. Fue entonces cuando me atrincheré en aquel castillo para que me dejaras en paz. Sí. Y funcionó. Por eso cada vez que quería fugarme, te presentabas, porque, como ya he dicho, querías protegerme. Querías hacerme fuerte.
No te preocupes, lo has hecho. Soy más fuerte que nunca. Y más desde el día en el que me escapé y descubrí tu verdadera naturaleza. Desde entonces camino contigo a mi lado y no me da apuro mirarte a los ojos. Desde entonces, de hecho, siento que te necesito en cada cosa que hago porque significa que, contra todo pronóstico, no voy tan mal encaminada.
A ti, bestia mansa. A ti, Miedo.
* * *
La palabra que da título a esta entrada
es de origen japonés, y significa, literalmente
"la manera de vivir que se centra en buscar la belleza
dentro de las imperfecciones de la vida aceptando
el ciclo natural del crecimiento y la decadencia".
Es de esas palabras que definen algo en un solo país,
ya que en otros carece de un término propio que lo haga.
Me pareció perfecta para esta entrada,
ya que el miedo es una de esas cosas que, antes que rehuir,
debemos aceptar.
Espero que te haya gustado :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario :)