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viernes, 25 de agosto de 2017

No me mires

No me mires, porque esta no soy yo. O mírame, este es un país libre. Es un país tan libre que no podemos soportarlo y nos vemos obligados a poner límites absurdos. O eso pensamos. Estoy convencida de que alguien ha borrado la línea que separa libertad y esclavitud y la ha puesto más adelante. Por desgracia, eso no cambia nada salvo la visión que tenemos de esa línea, porque al final, somos tan esclavos como el que más. Lo somos de las opiniones del resto, del seguir modas y del sentirnos bien a través de rituales prácticamente impuestos; del ser ultrajados a comentarios o miradas agresivas porque no cumplimos un canon de belleza o porque precisamente sí lo cumplimos; o del tener que callar la mitad de lo que pensamos por evitar ofensas infundadas.

No me mires, porque a veces me harto de sonreír cuando no quiero o de que me llamen borde o seria si no lo hago. Porque soy alegre y optimista, pero también soy una persona, bastante expresiva además, y te daré una noticia: me enfado, me entristezco, me frustro, me altero,... sí, todas esas emociones forman parte tanto de ti, como de mi.

No me mires, porque desde que me abrí a 'ti', me siento desnuda cada vez que te miro y no sé hasta qué punto he hecho bien. Porque quiero pensar que he acertado y confío en 'ti', pero sé que cualquier día me puedes dar la patada de la manera más burda y directa, o peor, de la manera más silenciosa y encubierta. Quiero pensar que si eso ocurre, al menos dejarás intacta esa parte de mí y me guardarás... ¿cómo se dice? ah, sí, respeto.

No me mires, porque me han tachado de loca más de una vez y no me avergüenza decirlo; no es que alardee, simplemente me acepto. Porque ya me escondí durante mucho tiempo tras una máscara seria y complaciente solo porque se suponía que así es como te tienes que comportar para que no hablen de ti y ahora he comprendido que cada uno tiene su manera de ser: su personalidad. Y he entendido que no existe patrón que la defina. Así que, si no te gusta alguien que ha sido capaz de salir y, aunque con recaídas, se siente capaz de muchas más cosas, como ser ella misma, simplemente, no me mires.

No me mires intentando sacar algo en claro porque te aseguro que no lo harás. Porque si no termino de conocerme ni yo misma, tú no vas a ser más; porque los nervios me retienen a actuar en ciertas situaciones, o en el peor de los casos, me animan a hacerlo con excesivo ímpetu. Que lo que ves, no siempre es lo que es, que te estoy engañando, a ti y sobretodo a mi en muchas ocasiones. Pero no me mires a mi, mírate a ti, porque pondría la mano en el fuego al afirmar que tú también te has escondido tras una máscara, tú también has tenido miedo de mostrarte ante el resto, o incluso ante ti mismo. Pondría la mano por garantizar que no soy a la única a la que he descrito.

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