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martes, 21 de agosto de 2018

Siento que...

He metido quinta
porque mi coche no tiene sexta,
he pisado el acelerador
y ahora me deslizo sin más.

He mirado al fondo 
y el acantilado parece mortal,
hay rocas puntiagudas...
pero he saltado igual.

Le he visto los dientes al lobo
pero también algo de bondad, hay
miedo y recelo en sus ojos, al final
me he tenido que acercar.

En mi pompa todo estaba correcto,
sí, todo estaba genial, 
pero algo me ha perturbado
y he salido fuera a mirar.

Ese camino no es seguro del todo,
me puedo resbalar y
caerme dentro del hielo,
pero algo me impulsa a avanzar.

Las cuerdas no se sostienen,
o quizá no me pueda agarrar,
acabaré magullada en el suelo,
pero lo tengo que intentar.

El agujero negro me absorbe
y aunque podría luchar 
prefiero meterme dentro:
necesito investigar.

¿El coche? lo puedo estampar,
la caída me puede matar,
el lobo me puede atacar.
Que fuera de mi pompa, 
tal vez no pueda respirar;
y si caigo por debajo del hielo,
¿...cómo podría acabar?
Si las cuerdas se sueltan
un hueso se puede fracturar.
Y cuando el agujero negro me absorba,
en fin, simplemente ignoro lo qué hay detrás.

La excitación se esconde
y me muestra la posibilidad;
yo decido si cogerla
o retroceder e irme sin más.
El no saber qué, pero sí cómo
me siento es lo que me hace actuar
y supongo que lo tengo claro
si digo que prefiero arriesgar,
que cuando decido sigo
lo que me emociona de verdad.
Que las medias tintas no van conmigo
tengo necesidad de apostar,
jugar con fuego: quizá me queme, 
pero ¿y si lo pudiera dominar?


*  *  *

Confieso que la mayoría de veces 
me he quemado,
pero merece la pena:
o aprendes 
o te llevas una gran recompensa.
Cosas del ensayo-error

Espero que te haya gustado,
gracias por llegar hasta aquí 

1 comentario:

  1. Un poema dedicado a las ganas de volar, pese a no saber la longitud del mar que se cruza. "La fortuna ayuda a los audaces", a veces.
    Me ha gustado, como de costumbre.

    Un saludo.

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